lunes, 26 de junio de 2017

Periodo Intertestamentario o periodo de silencio



Periodo Intertestamentario

 Al Período Intertestamentario se lo conoce como el tiempo o periodo de silencio entre el Nuevo y el Antiguo Testamento. Esto significa que fue entre el último de los profetas (Malaquías) y el primero en el Nuevo Testamento que fue Juan el Bautista por el año 30 de la era cristiana, eso encierra un tiempo de 450 años aproximadamente.
Dividimos  este periodo en cuatro etapas o sub-periodos:
1.     Periodo persa
2.     Periodo griego
3.     Periodo asmoneo (macabeo)
4.     Periodo romano
Cuando Persia conquistó a Babilonia en 538 a. de C., ganó también control sobre el Estado judío. Los judíos, siendo cautivos de Babilonia, cayeron bajo la jurisdicción de Ciro el Grande. Bajo Ciro y los gobernantes siguientes, los judíos gozaron de muchos privilegios. No sólo permitió Ciro que los judíos regresaran a su tierra, sino que también les dio gran ayuda en esa tarea. Ellos recibieron protección durante su viaje de regreso y asistencia financiera. El pueblo hebreo fue tratado justamente bajo el gobierno de Persia, tanto en territorio persa como también en el suyo propio. Desde luego, Israel no era libre, pero, mientras que reconociera la supremacía de Persia y observara las leyes que lo gobernaban, no era molestado ni tampoco sufría abuso alguno. Cuando el Antiguo Testamento encuentra su finalización en el año 400 a. de C., las gentes hebreas de Judea aún eran los súbditos de Persia. Esta situación fue continuada sin resentimiento de parte de los judíos, hasta que el poder persa comenzó a menguar y, finalmente, terminó con las rápidas conquistas hechas por Alejandro el Grande de Grecia. 
 Cuando Alejandro Magno se posesionó de Palestina (332 a.C), surgió para Israel una nueva amenaza y más insidiosa. Alejandro estaba dedicado a la creación de un mundo unido por la lengua y la cultura griegas, política seguida por sus sucesores. Esta política, llamada helenización, marcó un impacto catastrófico en los judíos.
En la invasión a Palestina tuvo consideración de los judíos, dejó intacta Jerusalén, y ofreció garantías a los judíos para que se estableciesen en Alejandría. Según el historiador judío Flavio Josefo, Dios le habría mostrado antes, en una visión, su entrada a Jerusalén, y también habría preparado al sumo sacerdote judío para recibirlo en paz. En efecto, cuando entró a Jerusalén le esperaban todos los sacerdotes con sus vestimentas ceremoniales. Alejandro se postró delante del sumo sacerdote en reconocimiento al Dios cuyo nombre éste llevaba inscrito en la frente. Los judíos mostraron a Alejandro las profecías de Daniel que apuntaban a su persona, lo cual acabó por convencer a Alejandro de su carácter de escogido.  Siria y Egipto se sometieron al joven conquistador sin resistencia.    
Este hombre, destinado a influir en la vida de millones de hombres y naciones enteras, comenzó su carrera con vigor después de su ascenso al poder en 335-34 a. de C. Durante su corto reinado de sólo 12 años, hizo más conquistas que cualquier otro antes de él. Alejandro extendió su territorio hasta llegar a la lejana India, donde sus soldados se rebelaron; allí terminó su loca carrera de conquista. Sin embargo, los éxitos de Alejandro afectaron su carácter. Llegó a ser vanidoso e irracional y cedió a muchas tentaciones que le rodeaban. Bebió en exceso y se contaminó con una fiebre que le produjo la muerte en Babilonia en 323 a. de C. Murió siendo aún muy joven, pero en pocos años "hizo historia para la historia".
Los judíos bajo Alejandro
Durante su carrera, Alejandro parecía ser parcial con los judíos. Admiró sus cualidades excelentes y les dio la ciudadanía en Alejandría y en otras ciudades, lo que era un privilegio para los judíos. Aparentemente, los judíos nunca fueron víctimas de discriminación durante todo el tiempo que Alejandro vivió. Alejandro posiblemente insistía en que los judíos aceptaran su filosofía helénica; pero no hay prueba histórica de ello. Después de la muerte de Alejandro, los judíos entraron en una era de amargo sufrimiento, como vamos a ver en los párrafos siguientes de nuestros relatos históricos.
Después de la muerte de Alejandro en 323 a. de C., no hubo ningún hombre lo suficientemente fuerte para mantener la unidad en aquel vasto imperio. Este reino fue dividido, en el mismo año 323 a. de C., entre cuatro de sus generales: Ptolomeo, Limaco, Casandro y Seleuco. Palestina fue motivo de grandes codicias por parte de los seléucidas y los ptolomeos.
Breve tiempo después de la división del reino de Alejandro, Palestina cayó en poder de los ptolomeos de Egipto. El gobernador era Ptolomeo Soter y al principio era muy severo en su trato con los judíos. Más tarde llegó a comprender sus buenas cualidades y los trató con mayor consideración. Muchos judíos obtuvieron posiciones de autoridad y de prominencia. Soter fue sucedido por Filadelfo, quien también trató bien a los judíos.
La Septuaginta
Durante el gobierno de Ptolomeo Filadelfo, se produjo en Alejandría la famosa Septuaginta. Esta es una traducción de las Escrituras del Antiguo Testamento del idioma hebreo al griego. El helenismo llegó a dominar en el mundo mediterráneo hasta el extremo de que aún los judíos dejaron de hablar la lengua hebrea y usaron el idioma griego. Unos judíos devotos se dieron cuenta de que, si sus hijos iban a estudiar las Escrituras en el futuro, entonces había que traducir todo ese texto sagrado al idioma griego. Este fue en evento muy significativo puesto que todo aquel que entendía la lengua griega, podía leer ahora las divinas Escrituras. En 198 a. C., Antíoco III el Grande reconquistó Palestina para los seléucidas. Poco después el rey Antíoco IV Epifa-nes, enemigo acérrimo de los judíos, hizo un esfuerzo salvaje y decidido para exterminarles a ellos y a su religión. (Éste se llamó a sí mismo “Teos Epífanes” – dios manifiesto). En el año 168 a. C., luego de fracasar en una embestida a Egipto Antíoco desahogó su frustración contra Jerusalén. Destruyó los muros de la ciudad, profanó el templo (que fue llamado ‘Templo de Júpiter Olímpico’), sacrificó una cerda sobre el altar, erigió un altar a Júpiter, prohibió el culto del templo y la circuncisión, destruyó todos los ejemplares de la Escritura que fueron hallados, mató a todo aquel que las poseyera, vendió como esclavos a miles de familias judías y recurrió a toda forma imaginable de tortura para obligar a los judíos a que renunciaran a su religión. Para los judíos de la época la figura de Antíoco Epífanes cumplía con valores proféticos del libro de Daniel.




Durante los días más oscuros de la persecución de Antíoco (167 a. de C.), se presentó un evento en Modín que dio comienzo a la revolución. Apareció en la aldea un emisario de Antíoco para probar la lealtad de las gentes hacia su rey. Construyó un altar a Zeus y ordenó a Matatías y a sus hijos, siendo los ciudadanos directivos, ofrecer sacrificios al dios pagano con la promesa de una recompensa muy grande y el favor del rey. El sacerdote anciano, desde luego, rechazó la orden. Cuando se presentó un hombre más joven para cumplir la orden, Matatías, incapaz de controlar su enojo, avanzó y mató al hombre, luego mató al emisario del rey. Luego apeló a todos los judíos leales a seguirle. Él y sus cinco hijos, juntamente con un número de seguidores, huyeron a las montañas desde donde declararon la guerra abierta contra Antíoco. Otros judíos fieles se juntaron a él hasta que obtuvo un ejército regular con gran poder de combate. Judas, uno de sus hijos, tomó el cargo de su parte, puesto que éste ya era demasiado anciano. Judas era capaz de inspirar confianza; pudo planificar, era un gran luchador y tenía valor. Además era intrépido y pujante. Podía aparecer y desaparecer como el rayo. Judas Macabeo llegó a ser el militar más espléndido de su raza. Era preciso tener un hombre así para alcanzar la independencia de los seléucidas.  Esto dio origen a la revuelta de los Macabeos, una guerra que duró veinticuatro años (166-142 a.C.) que culminó con la independencia de Judá hasta que los romanos tomaron el control en 63 a.C.
   El triunfo de la familia de los Matatías, sin embargo, fue una victoria pírrica. Con la muerte de su hijo menor, Simón, la dinastía asmonea que habían fundado se convirtió en un régimen aristócrata, helenístico, que en ocasiones no podía distinguirse de los seléucidas. Durante el gobierno del hijo de Simón, Juan Hircano, los judíos ortodoxos que habían ayudado a los macabeos, cayeron en desgracia. Con pocas excepciones, el resto de los asmoneos apoyaron a los judíos helenizantes. Los fariseos fueron de hecho perseguidos por Alejandro Janeo (102-76 a.C.)
   La dinastía asmonea llegó a su fin cuando, en 63 a.C., un Imperio Romano que se expandía intervino en el conflicto entre los dos hijos de Janeo, Aristóbulo II e Hircano II. Pompeyo, el general que conquistó al Oriente para Roma, se tomó a Jerusalén después de un sitio de tres meses en la zona del templo, con la masacre de sacerdotes que realizaban sus obligaciones y la entrada al Lugar Santísimo. Este sacrilegio comenzó el dominio romano de una forma tal que los judíos no olvidarán ni perdonarán.               

PERÍODO PERSA 450-330 a.C
   Después del tiempo de Nehemías, los persas controlaron Judá por unos 200 años, pero a los Judíos se les permitió continuar observando sus tradiciones religiosas y no se les molestó. Durante este período los sumos sacerdotes dirigieron a Judá, quienes tenían la responsabilidad del gobierno de la nación
410 a.C
 Malaquías 430 a.C
400
390
380
370
360
350
340
330
334-323 Alejandro Magno conquista el Oriente
330-328 Años de poder de Alejandro
Gobierno de Alejandro Magno
320
320 Tolomeo I Sóter conquista Jerusalén
  
PERÍODO HELÉNICO 330-166 a.C
   En el año 333 a.C., Alejandro Magno derrota a los ejércitos persas destacados en Macedonia. Estaba convencido de que la cultura griega sería la fuerza que unificaría el mundo. Alejandro les permitió a los judíos que guardaran sus leyes e incluso les eximió del pago de tributos e impuestos durante sus años sabáticos. Cuando construyó Alejandría en Egipto, animó a los judíos a vivir allí y les dio algunos de los mismos privilegios que les concedió a sus súbditos griegos. La conquista de los griegos preparó el camino para que en 250 a.C. se tradujera el AT al griego (versión de la Septuaginta) 
Gobierno de los tolomeos de Egipto
310
311 Seleuco conquista Babilonia; comienza la dinastía  seléucida
300
290
280
270
260
250
240
230
220
226 Antíoco III el Grande de Siria doblega a Palestina
223-187 Antíoco se convierte en el gobernante seléucida de Siria 
210
200
Gobierno de los seléucidas de Siria
190
198 Antíoco derrota a Egipto o obtiene el control de Palestina
180
170
175-164 Antíoco IV Epífanes gobierna Siria; se prohíbe el judaísmo 

PERÍODO ASMONEO 166-63 a.C
   Cuando comenzó este período histórico, los judíos sufrieron una gran opresión.   Los tolomeos fueron tolerantes con los judíos y con sus prácticas religiosas,   pero los gobernantes seléucidas decidieron helenizarlos. Ordenaron la destrucción de reproducciones de las Escrituras y promulgaron leyes de una crueldad extrema. Los judíos oprimidos se sublevaron, bajo la dirección de Judas Macabeo.  
Dinastía asmonea
160
167 Matatías y su hijo se rebelan contra Antíoco; comienza la revuelta macabea
166-160 Liderazgo de Judas Macabeo
160-143 Jonatán es sumo sacerdote
150
140
142 Se purifica la torre de Jerusalén
142-134 Simón se convierte en sumo sacerdote; se establece la dinastía asmonea
130
134-104 Juan Hircano expande la independencia del estado Judío
103 Gobierno de Aristóbulo
120
110
100
102-76 Gobierno de Alejandro Janeo
90
80
70
75-67 Gobierna Salomé Alejandra con Hircano II como sumo sacerdote
60
66-63 Batalla entre Aristóbulo II e Hircano II
63 Pompeyo invade Palestina; comienza el gobierno de Roma.
63-40 Gobierna Hircano II, pero es súbdito de Roma

PERÍODO ROMANO 63  a.C.
  En el año 63 a.C., el general romano Pompeyo capturó a Jerusalén, quedando las provincias de Palestina sometidas a Roma. Parte del tiempo se le confió el gobierno nacional a príncipes y el resto a procuradores nombrados por los emperadores. Herodes el Grande era el gobernador de toda Palestina cuando nació Jesús 
Herodes el Grande 1 como rey; súbdito de Roma
50
40
40-37 Los partos conquistan Jerusalén
30
37 Jerusalén sitiada durante seis meses
32 Derrota de Herodes
20
10
19 Comienza el templo de Herodes
16 Herodes visita a Agripa
4 Muerte de Herodes; Arquelao le sucede
10
20
30



Período de los reyes


Se denomina así al período en que los hebreos eran gobernados por los reyes. Surgió por la necesidad de unificar y defenderse contra sus enemigos, los filisteos de la costa y los nómades del desierto, para lo cual contaron con un gran espíritu de solidaridad, unidad religiosa y el ejemplo de las grandes monarquías de Egipto y Mesopotamia.
Los principales reyes fueron: Saúl, David y Salomón.
a. SAÚL
Fue nombrado rey a petición del pueblo. Durante su gobierno organizó un magnífico ejército, que le permitió a la cultura hebrea vivir en paz y asegurar sus fronteras. Convertido en brillante guerrero, combatió a los filisteos y a los nómades del desierto.
b. DAVID
Se hizo famoso por su valiente hazaña de dar muerte con su honda al gigantesco guerrero filisteo llamado Goliat.
David fue un rey profeta, verdadero creador del Estado Hebreo. Fundó la capital del reino en los restos de la fortaleza de Jebús, a la que llamó Jerusalén, ciudad que fue símbolo de la unidad religiosa y política del pueblo judío. Condujo con gran pompa a esta ciudadela el Arca de la Alianza.
Este era un cofre de cedro, donde los hebreos guardaban las Tablas de la Ley, que celosamente habían conservado durante sus andanzas por el desierto.
El rey profeta había establecido un poderoso ejército con el cual sometió fácilmente a sus enemigos (filisteos, moabitas, madianitas, amalecitas, amonitas y sirios). Durante su gobierno el dominio de la cultura hebrea se extendió desde el río Éufrates hasta el mar Rojo, con excepción de Fenicia.
La aparente unidad del Estado de Israel fue turbada por conspiraciones palaciegas contra David, hasta el punto de que su hijo Absalón se sublevó contra su autoridad. David puso vencerlo gracias a sus mercenarios, quienes le dieron muerte. Esta muerte le causó profundo pesar y le inspiró admirables poesías.

c. SALOMÓN
A la muerte de David le sucedió en el trono su hijo preferido Salomón. En su reinado, los hebreos adquirieron un gran desarrollo material, particularmente en la actividad comercial, con cuyas riquezas embellecieron su capital y construyeron el templo de Jerusalén, en siete años.
Este templo se edificó según las indicaciones de David, en el lugar donde se encontraba el Arca de la Alianza, por artesanos cananeos y fenicios. Sus muros eran de grandes bloques de piedra y los ensamblajes, de cedro dorado y esculpido.
El templo comprendía un recinto de acceso público; un patio atrio de los sacerdotes, en el cual había un altar para los sacrificios y una fuente de bronce con agua para las purificaciones; y un santuario que se dividía en dos cámaras: en una adornada por diez candelabros de siete brazos, se quemaba incienso; en la otra, se guardaba el Arca de la Alianza.
El Cisma
Se denomina cisma a la división del pueblo hebreo en dos reinos: el de Israel y el de Judá. Esto se debió a que las tribus de la región central y del norte se negaron a pagar los tributos implantados por Salomón.
El reino de Israel
Comprendía las diez tribus del norte y aclamaron por rey a Jeroboam. Este reino era más extenso y poderoso que Judá. Su capital fue la ciudad de Samaria. Sus soberanos contraían matrimonio, en algunas oportunidades con princesas extranjeras, permitiendo la penetración de nuevos religiosos.
El reino de Judá
Comprendía las dos tribus del sur: Judá y Benjamín, que permanecieron fiel a su rey Roboam, hijo de Salomón y heredero legítimo del reino. Tenía por capital a la ciudad de Jerusalén. Conservaron y desarrollaron las enseñanzas bíblicas.  Ambos reinos vivían en constantes contradicciones internas. Estas querellas generaron, en Israel y Judá, la aparición de los profetas.
Los Profetas
Los profetas eran hombres de condición humilde; una especie de oradores populares, inspirados por Dios. Lucharon ardorosamente por defender la pureza de la religión hebrea. Vivían retirados en el desierto y en las montañas, dedicados a la meditación y a la oración. Visitaban también a las tribus, predicando profecías y penitencias o recordando al pueblo sus deberes para con Jehová. Anunciaban severos castigos para aquellos que incumplieran el Decálogo de los mandamientos de Dios.
Los principales profetas fueron: Elías, Amós, Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel.
ELIAS
Este profeta acusó al rey Acab de Israel de haber traicionado la religión y profetizó su muerte, quien efectivamente murió a los pocos años en una batalla campal.
AMOS
Fue un predicador religioso en el sur de Palestina. Fustigó el lujo de los potentados, su corrupción, su avaricia y su crueldad para con los desposeídos.
ISAIAS
Vivió en Judá, exaltó el sentimiento religioso y profetizó la ruina de Samaria y Jerusalén.
JEREMIAS
Afirmó la universalidad de Jehová y anuncio la caída de Jerusalén en manos de Nabucodonosor. Escribió sus famosos versos de dolor y tristeza en su obra denominada las “Lamentaciones”. Jeremías hizo de la religión la base duradera de la nacionalidad judía, al margen de la independencia política.
EZEQUIEL
Apareció en la época del cautiverio, en Babilonia. Predicó la fe profunda en Jehová y el retorno del pueblo hebreo a la libertad y el esplendor.
Dispersión de los Judíos
Los dos reinos fueron absorbidos por los grandes imperios.
Israel fue conquistado por el poderoso ejército asirio, en el año 722 a.C.
Judá, mantuvo su independencia por más de un siglo y se libró de la conquista asiria. En el año 597 a.C. Nabucodonosor sometió al reino de Judá y redujo al cautiverio, en Babilonia, al rey y a las clases altas.  La destrucción del reino judío, repercutió sobre la vida política y sus propias creencias de los hebreos. Como consecuencia aparecieron distintas sectas que se disputaban entre sí, como la de los fariseos, saduceos y esenios.
Los fariseos, condenaban todas las prácticas supersticiosas y proclamaban la aplicación estricta del mosaísmo o la “ley de Moisés”.
Los saduceos, también defensores del mosaísmo. Negaban la inmortalidad del alma y los castigos y premios más allá de la vida. Además, aseguraban que la felicidad se conseguía con el goce de los bienes terrenales.
Los esenios, fueron pequeñas comunidades defensoras de la ley de Moisés y de una moral extremadamente severa.
La aparición de Cristo acentuó más estas diferencias religiosas, ya que muchos judíos abrazaron la nueva religión cristiana y otros, la combatieron.
La Diáspora
La diáspora es el proceso de dispersión de los judíos. Esto se produjo en el gobierno del emperador romano Tito, quien castigó una rebelión independentista judía, en el año 70 a.C. Después de apoderarse y saquear Jerusalén, muchos judíos fueron vendidos como esclavos y otros expulsados de su país, fueron diseminados por todo el imperio romano.
Los judíos no pudieron recuperar su libertad política, pues sufrieron sucesivas dominaciones de los persas, griegos, romanos, árabes, turcos e ingleses. Sin embargo, mantuvieron su nacionalismo judío a través de una fe profunda, sin mezclarse con poblaciones de origen distinto.
1.       Organización Económica
La organización económica de los hebreos cambió cuando se establecieron en las tierras de Canaán. De pastores nómadas se convirtieron en agricultores sedentarios. Muchos llegaron a enriquecerse y convertirse en terratenientes, con servidumbre y numerosos esclavos.
2.       La propiedad
La igualdad primitiva sobrevivió a través del año sabático, que consistía en que un año de cada siete, era necesario dejar en reposo los campos, cediendo a los pobres lo que la tierra produjera por sí misma.  También se celebraba el año del jubileo, fiesta solemne que realizaban cada cincuenta años(siete veces siete años) en la que además de dejar en reposo las tierras, volvían a sus dueños originales las fincas vendidas y recobraban su libertad los esclavos.
3.       Producción Agropecuaria
Los hebreos se destacaron en agricultura y sobresalieron en el cultivo del trigo, la cebada, la vid, el olivo y las higueras. En sus campos pastaban cabras, asnos, ovejas y bueyes.
4.       El Comercio
El comercio y la industria prosperaron especialmente durante el rey Salomón.
Se comercializaban mediante caravanas por tierra y por medio de embarcaciones con los pueblos del Mediterráneo Oriental y del mar Rojo, para lo cual contó con el equipamiento y guía de los fenicios.
– La tierra le proporcionaba trigo, aceite y miel que se cambiaban por la madera y productos manufacturados de Fenicia.
– Del misterioso país de Ophir (costa de Somalía, África), traían oro, piedras preciosas y maderas raras.
– Las especias y el incienso se importaban del reino de Saba (Arabia) a Palestina, que luego se distribuía en Egipto, Siria y Fenicia.

– Se establecieron relaciones comerciales entre Palestina y Tiro, ciudad fenicia que dominaba el Mediterráneo.

Periodo de los Jueces

También llamado del “afianzamiento nacional”. Los hebreos se constituyen como nación por primera vez. Moisés murió antes de entrar en Canaán, la “tierra prometida”. Josué guió al pueblo en su conquista ya que estaba ocupada por otros pueblos. La cultura hebrea logró tomar posesión en el siglo XII a. de C. conducida cada tribu por un jefe militar y religioso llamado Juez. Adoptaron la forma de vida sedentaria formando pueblos y ciudades.
Los Jueces que gobernaron Israel son:
  • Otoniel: (Jue 3:7-11)
  • Aod: (Jue 3:15)
  • Samgar: (Jue 3:31)
  • Débora (Y Barac): (Jue 4-5)
  • Gedeón: (Jue 6-8)
  • Tola: (Jue 10:1)
  • Jair: (Jue 10:3)
  • Jefté: (Jue 10:6-12:7)
  • Ibzán: (Jue 12:8)
  • Elón: (Jue 12:11)
  • Abdón: (Jue 12:13)
  • Sansón: (Jue 13-16)
  • Sacerdote Elí: (1Sam 4:18)
  • Samuel: (1Sam 7:15)
Entre los principales encontramos a los siguientes:
a. Débora
Uno de los primeros jueces fue una mujer, ella era profetisa y fue famosa por sentarse bajo una palmera donde cualquiera podía buscar su consejo y desde donde emitía las órdenes de batalla.
Barak, el mayor guerrero de esa época, se negaba a ir a la batalla sin ella. Juntos dirigían a las tropas en contra del ejército canaanita que era mucho más grande y que estaba apoyado por 900 carrozas de hierro, mientras que Israel no contaba con ninguna.
En la víspera de la batalla, Barak dudaba si los guerreros israelíes podrían pelear frente a este oponente tan fuerte, pero Déborah se mantuvo firme. Una tormenta inesperada se desató en el cielo y el aguacero resultante convirtió el terreno en barro; el hierro de los carros quedó atascado y los canaanitas entraron en pánico.
De esa forma, se cumplió la profecía de Déborah, que decía que “éste es el día en que Dios entregará a Sisera en vuestras manos*.
b. Gedeón
El cual significa “Destructor”, “Guerrero poderoso”, fue un juez y guerrero del Antiguo Israel. Fue el quinto de los jueces del pueblo judío y es considerado como uno de los más sobresalientes por la magnitud de su “obra guerrera” contra uno de los pueblos enemigos de Israel: los madianitas. Hijo de Joás de la tribu de Manasés.
En sustancia, la vida de Gedeón se sitúa tras el asentamiento de los judíos en el llano de Ofrá donde habían asimilado los cultos idolátricos de las poblaciones aledañas. Tras esa infidelidad, Yahveh les habría castigado enviando tribus nómadas y grupos de amalecitas y madianitas a hacerles la guerra. En esos combates, dos hermanos de Gedeón habrían sido asesinados. Los israelitas se arrepintieron y pidieron perdón. Yahveh envió a su ángel a hablar con Gedeón para anunciarle que sería el libertador de su pueblo. Éste pidió una prueba, tras un diálogo algo sarcástico con el ángel. Este último le dio la prueba que pedía abrasando un sacrificio con fuego milagroso. Al día siguiente Gedeón destruyó el altar de Baal y ante la indignación del pueblo, Joás, su padre, le defendió diciendo que si Baal era dios, se encargaría de castigar el sacrilegio. Desde ese día fue conocido como Gedeón Jerobaal.
c. Jefté
Hijo de Galaad, Jefté fue desheredado y expulsado por sus medios hermanos, por lo que se trasladó a la región de Tob. Sin embargo Los ancianos de Galaad intentaron convencerlo que los liderara en la guerra contra los amonitas, iniciada poco tiempo antes, a lo que Jefté se negó, a menos que después de la guerra conservara la posición de liderazgo, cosa que los ancianos aceptaron.
Jefté, luego de haber amenazado a los amonitas juró que el primero que atraviese la puerta de mi casa para salir a saludarme después de mi victoria sobre los amonitas, será para Yahveh y lo sacrificaré por el fuego o cualquiera que me saliere a recibir de las puertas de mi casa, cuando volviere de los Amonitas en paz, será de Jehová, y le ofreceré en holocausto.  Luego ganó la batalla con facilidad. Al volver victorioso, lo sale a recibir su única hija. Él se lamenta (rasga sus vestiduras), pues no puede echarse atrás en su promesa. Su hija le dice que debe honrar su promesa. Le pide a su padre llorar su virginidad por dos meses, y vuelve a cumplir el voto, a diferencia del sacrificio no realizado de Abraham (impedido por un ángel), el de Jefté sí fue consumado, pero no precisamente como se infiere, sino como dedicación de su vida a Dios prescindiendo del matrimonio.


d. Sansón
Sansón fue un juez famoso por su fuerza de super-héroe y por conducir la pelea contra el mayor enemigo de Israel: los filisteos.     Sansón, que juzgó a Israel por 20 años, fue uno de los que se enfrentó a los filisteos. Él era un nazir (que es una forma de penitencia en la que la persona se abstiene temporalmente de cortarse el pelo y de beber vino).
Para debilitar a los filisteos, fingió unirse a ellos, tomando deliberadamente a una mujer filistea como esposa llamada Dalila, ella se dio cuenta de que Sansón era la principal amenaza para su pueblo. Después de muchos intentos fallidos y muchas súplicas, ella finalmente logró que Sansón le revelase el secreto de su fuerza sobrenatural, luego de lo cual le cortó el pelo mientras dormía. Como resultado, los filisteos pudieron capturarlo, cegarlo y encerrarlo en prisión.   Cuando el cabello de Sansón creció, su fuerza sobrenatural regresó.

En la ejecución pública de sansón este derribó las columnas del templo, con lo que la construcción colapsó, matando a todos los que estaban adentro.
e. Samuel
En el tiempo en que apareció Samuel, el pueblo judío había pasado cerca de 400 años sin un liderazgo central. Cuando Samuel era joven, viajaba por la tierra dictando la ley judía y dando consejos al pueblo, pero ahora que había envejecido, ya no lo podía hacer. Mientras tanto sus dos hijos, que habían asumido su rol, probaron no ser queridos por el pueblo.

Entonces fue enviada una delegación para pedirle a Samuel que ungiese a un rey en su lugar:
Y le dijeron “He aquí que tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos. Ahora pues. Pon sobre nosotros un rey que nos juzgue, como todas las naciones.
Samuel no lo quería hacer, pero Dios le dio el visto bueno y encontró un rey para el pueblo.
Y así es como se cerró el período de los Jueces. Samuel actuó como líder por 13 años y en los dos últimos dirigió al pueblo judío junto con el primer rey judío, cuyo nombre era Saúl.