Cuando indagas en los diferentes grupos,
sectas y religiones sobre qué o quién es el Espíritu Santo, puede que escuches cualquiera
de estas afirmaciones:
·
Una fuerza psíquica o energía
divina
·
El poder o la actividad de Dios en la tierra
·
No existe
·
Una influencia de Dios
·
Fuerza activa e impersonal de Dios
Ahora bien, vamos a examinar
breve mente estas declaraciones y aclarar
algunos aspectos que nos permitan definir nuestra posición como
cristianos.
1- Una fuerza psíquica, influencia o
energía divina: evidentemente si el Espíritu Santo es una fuerza
psíquica, todo ser humano puede hacer uso de ella y controlarla; por lo que, carecería de autonomía, de autoridad
alguna o conexión con Dios. Sus
operaciones se limitarían a la persona que haya desarrollado tal habilidad. Si
fuese solo “energía”, sería como una carga eléctrica que en ninguna manera
podría provocar en las personas, arrepentimiento, llanto, entendimiento, etc. Ahora bien, la Biblia enseña
que el Espíritu Santo tiene la capacidad
de tomar decisiones (hech13:2), fue prometido a “los creyentes”(jn.14:17), se
entristece, exhorta, entre otras cualidades (Rom. 8:26-27, jn.14:16,ef.4:30).
2- El poder o la actividad de Dios en
la tierra: ciertamente el Espíritu Santo es poder en sí mismo,
pero no “el poder”. No es algo que podemos desprender de Dios o fraccionar. Si
ese fuera el caso, por qué le da la Biblia un nombre Y no llamarle
simplemente poder? Jesús hace una
gran diferencia cuando se refiere a Espíritu Santo (jn.14:16, 16:8) y cuando
habla del poder (facultad de, capacidad para) cuando Jesús dijo “ha salido de
mi poder”( Luc. 8:46)
3- Emanación, fuerza activa e
impersonal de Dios: considerar que
el Espiritu Santo es ” la proyección de la energía de Dios cuando sale sí
mismo” expuesta por sectas como la de los Testigos de Jehová, es
totalmente contradictorio a las escrituras cuando sustenta sobre el Espíritu
Santo:
·
Que es una persona (1cor.2:10)
·
Tiene autoridad ( Hech.13:2 y 4)
·
Puede sentir ( Ef. 4:30)
·
Es eterno (Gen.1:2)
·
Omnisciente (salm.139:1-7, 1
cor.2:10)
El Espíritu Santo es Dios, el
tercero en la Trinidad indivisible y por ende, posee todas las propiedades de
la Deidad en su persona.
